Wina, La Diosa de Todo lo Verde, es una de Los Seis. Es la diosa de la vida. Ella creó la primera vida, Lune, una feérica similar a ella.
Información[]
La llaman «la madre Wina» o «la Diosa de Todo lo Verde». Además de ser la deidad a la que veneran los feéricos, es también la protectora de los bosques y, por extensión, de todas las criaturas vivas. Wina es la diosa de la fertilidad y del crecimiento, aquella a quien se encomiendan las embarazadas para que sus bebés se desarrollen sanos y fuertes. Sin embargo, su furia para quienes destruyen los bosques es también legendaria, al igual que su milenario rencor hacia Aldun, el dios del fuego, de quien se dice que convirtió la fértil zona de Kash-Tar en un ardiente desierto. Wina todavía no lo ha perdonado, y por ello, se dice también, para los feéricos no existe mayor crimen que el de incendiar un bosque. Wina es la naturaleza personificada, la creación más pura, y por eso mismo puede ser igual de peligrosa que otros dioses que son destructores en esencia. Y es así como Wina se manifiesta en el mundo. Por donde ella pasa, las semillas germinan, las plantas crecen a una velocidad de vértigo, el instinto reproductor de los animales se despierta y las crías se desarrollan más deprisa. Así, aunque no se la pueda ver porque no tiene cuerpo material, se puede detectar el paso de Wina por la superficie del mundo, porque va creando bosques incluso en las tierras baldías. No obstante, la fuerza creadora de Wina puede llegar a resultar demoledora, y más de un incauto ha muerto asfixiado por la vegetación al osar cruzarse en su camino.
Descripción[]
Su esencia es femenina. Wina ha creado y cuida de los feéricos, que habitan en las tierras de Derbhad. Al principio de los tiempos, los Seis dioses de Idhún (Karevan, Yohavir, Aldun, Neliam, Irial y Wina) crearon un mundo lleno de montañas, agua, bosques... lleno de vida y naturaleza, pero Aldun, al ver un mundo tan hermoso y lleno de vida, quiso acercarse un poco más a la superficie para admirarlo mejor. Al ser el dios del fuego y entrar en contacto con la superficie, quemó la parte sur de Idhún (el actual desierto de Kash-Tar) y Wina se enfadó enormemente con Aldun. Como castigo, hizo que las criaturas de Aldun (los yans) vivieran ahí.
Por este hecho, las criaturas de Wina (los feéricos) temen al fuego por encima de todo, y les está prohibido usarlo aún con fines benévolos.