Widhún - Memorias de Idhún
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Assher es un joven szish, el elegido de Gerde cuando El Séptimo se reencarnó en ella.

Características[]

Assher es un joven szish de unos catorce años de edad. De complexión atlética, fue el elegido de Gerde, por la que sentía gran devoción, tras ganar ciertas pruebas.

Historia[]

Assher nació poco después de la Conjunción Astral en Alis Lithban, por tanto, Idhún era gobernado por las serpientes y los dragones casi se habían extinguido. Al igual que los jóvenes de su edad, Assher se entrenó duramente como guerrero. Cuando Ashran fue vencido, Assher y su clan huyeron a Raden tras la caída de la Torre de Drackwen, donde los encontró Gerde, ya convertida en la la Séptima diosa. Assher fue el vencedor de las pruebas que Gerde propuso para obtener el don de la magia, que ella podía otorgar gracias al cuerno de unicornio. La devoción incondicional del joven szish llamó la atención de la diosa, quien le concedió la magia, se encargó personalmente de su educación y lo convirtió en "su elegido". Assher desconocía que su destino era ser la nueva encarnación del Séptimo, un hechicero szish joven y fuerte. Sin embargo, cuando Gerde se enteró de que en la Tierra, lugar al que quería exiliarse, solo existían humanos como raza inteligente, decidió buscar otro lugar y otro elegido, por lo que Assher tuvo que encargarse de la pequeña Saissh, una bebé que Gerde había robado a los bárbaros. Cuando Gerde fue derrotada, Assher se autoinmoló para ofrecer su cuerpo al Séptimo dios. Así, Assher logró liderar a los sheks y guiarlos a través de la puerta que los llevaría al nuevo mundo que Gerde había creado para ellos, justo a tiempo para evitar que los Seis los destruyeran.

Relación con Gerde[]

Aunque Gerde actuaba como su maestra y nada más, Assher sentía una gran devoción por ella, llegando a tener celos de Kirtash e incluso de la pequeña Saissh. Como una actitud tan pasional no podía ser natural de un szish, algunos creían que Gerde había hechizado al joven Assher. Sin embargo, Gerde nunca le contó nada sobre el destino que le tenía reservado y, aún cuando el szish lo adivinó tras su muerte, Assher lo cumplió con la certeza de no estar sometido a ningún hechizo.

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