Alsan/Alexander es uno de los personajes principales en la Trilogía.
Habilidades[]
Alsan es un gran espadachín, estudió en la Academia de Nurgon.
Objetos y Armas[]
- Sumlaris: Es un arma legendaria. La única espada, exceptuando a Domivat, la espada de fuego, que puede derrotar a Haiass, la espada de hielo. Esta espada es capaz de absorber energía.
Historia[]
En un principio se describe a Alsan como un joven y decidido guerrero, alto y musculoso, con el cabello corto y castaño y una gran fuerza física acompañada de un excelente manejo de la espada. En la primera parte de La Resistencia, tiene unos 20 años. Con un concepto claro del mundo, su educación en Nurgon le inculcó unos altos ideales, que impiden que mienta, allane moradas o mate a traición.
Durante la Conjunción Astral, Alsan encontró al último dragón en Awinor y le dio el nombre de Yandrak. El último dragon y el último unicornio fueron enviados a la Tierra para ponerlos a salvo, y Alsan partió junto a Shail para encontrarlos y protegerlos.
Una vez en la Tierra no se adapta en absoluto a la forma de vida en esta. Cuando Shail y él salvan a Jack de morir a manos de Kirtash y Elrion, el mago compañero de Kirtash desconocen que se trata de Yandrak. Alsan se convierte en una suerte de tutor y hermano mayor para el, enseñándole a manejar la espada.
Durante la búsqueda del báculo de Ayshel, es capturado y encerrado en el castillo de Alemania. Allí, Elrion realiza sobre él un conjuro de nigromancia en el que debería haberse fusionado con un lobo, pero acaba convertido en un híbrido incompleto, en lucha constante con el alma del lobo. Aunque fue rescatado, decidió huir para poder controlar su estado, por lo que se perdió durante dos años. Recorrió el mundo transformado en un cruce de bestia y humano, hasta que aprendió a controlar sus cambios en el Tíbet.
Para cuando finalmente se reúne con Jack en Italia, su aspecto y personalidad han cambiado radicalmente. Decide pasar a llamarse Alexander, su rostro se vuelve sombrío, sus ojos amenazadores y su pelo gris. Muestra inevitablemente una expresión de tensión contenida, e instintivamente el resto de la gente y los animales, detectando la bestia que habita en él, le rechazan. Aunque casi todo el tiempo es capaz de contener al lobo, en las noches de plenilunio, la anterior y la posterior, este toma el poder inevitablemente.
Cuando Alexander regresa a Idhún, descubre que las lunas idhunitas ejercen su propio poder sobre él: mientras que la pequeña solo lo transforma a medias, la mediana lo hace completamente y la mayor aumenta aún más el poder del lobo. Con todo, sigue luchando con la Resistencia. Llevó a los Nuevos Dragones a la Fortaleza de Nurgon, la cual rehabilitó.
Antes de la batalla de Awa, Kestra descubrió su condición y fue sometido a un juicio, en el que se resolvió que se le diera una posibilidad de ser curado. Entre Shail, Yber y Qaydar lograron sellar al lobo dentro de él. En plena batalla, tras conocer lo ocurrido con Kestra y Alae de Shia durante la muerte de la primera, el sello se rompe y Alexander se transforma en un gigantesco lobo con todo el poder del Triple Plenilunio. Antes de que logren ponerlo nuevamente bajo control, mata a su hermano y arranca un brazo a Denyal.
Después de eso, pierde todo el control obtenido sobre sus transformaciones y huye a Nanhai, donde es encontrado posteriormente por Shail gracias a la ayuda de los gigantes. Es necesario que acuda Jack para sacarlo de su encierro, y cuando finalmente lo hace, se muestra resentido por sus crímenes.
Acompaña a Shail y Jack hasta el Oráculo de Gantadd, donde dirige la evacuación de las sacerdotisas ante la llegada de Neliam, llevándolas a Awa.
Tras esos viajes, Gaedalu le entrega un trozo de la Roca Maldita en el Oráculo de Awa , lo cual permite al príncipe mantener a la bestia bajo control. Tras ello, viaja a Vanissar y, tras comprobarse que el nuevo Triple Plenilunio no tuvo ningún efecto sobre el, se corona rey en 1457, volviendo progresivamente a su estado primigenio. La piedra no sólo retiene el espíritu animal en el interior de Alsan, sino que también suprime todo lo malo que pudiera haber en él. Esto cambia su forma de ver la vida, ya que se vuelve vanidoso, y considera que muchos de los actos de Jack y Victoria, en especial su relación con Kirtash, mostrando además su escepticismo ante la materialización de los dioses.
Junto con Gaedalu y Qaydar, acaba intrigando contra Kirtash, al que casi consiguen asesinar, y trabaja para poder hablar con los dioses. Cuando finalmente los consiguen, tanto él como sus compañeros sufren un inmenso trauma.
Durante la batalla final, consciente de que los dioses solo se irían si también se marchaban los sheks, mantuvo la Puerta interdimensional abierta con Sumlaris, tras lo cual perdió la vida debido a la furia de los dioses.